Contra el terraplanismo económico: cuando los clichés venden más que las ideas. Javier Campos 24-02-2025
Contra el terraplanismo económico: cuando los clichés venden más que las ideas.
El Premio Nobel de Economía de este año ha sido otorgado a Daron Acemoglu, Simon Johnson y James A. Robinson «por sus estudios sobre cómo las instituciones se forman y afectan a la prosperidad». A diferencia de otros casos, los trabajos de estos economistas son bastante conocidos más allá de los círculos académicos. Tres libros de divulgación recogen buena parte de los resultados de sus investigaciones: Por qué fracasan los países (2012) y El pasillo estrecho (2019) de Acemoglu y Robinson, y Poder y progreso (2023) de Acemoglu y Johnson. Me centraré en los dos primeros. El lector de Nada es Gratis puede encontrar en este blog numerosos artículos sobre las aportaciones de estos autores, incluido el de ayer mismo (aquí, aquí, aquí, aquí, aquí, aquí y aquí). Algunos contienen aplicaciones a España
Hoy les comento rápidamente un par de novedades sobre el libro Economía de Urgencia. Lo más importante: el libro es apto hasta para los muy jóvenes. Adjunto (sin editar, me pareció mejor así) una reseña de un chico de 13 años, Roi Sánchez Serna, al que agradecemos el interés que se tomó y el esfuerzo que hizo. Aunque evidentemente es un chico muy inteligente, parece claro que en su mayor parte el libro es accesible. Para que no sea el único lector joven en esta época de recortes, FEDEA ha decidido utilizar los derechos de autor para comprar un ejemplar para cada instituto público de España a la editorial (que los ha cedido a precio de coste) y regalarlo a sus bibliotecas. Y, finalmente, Nacho y yo estuvimos repitiendo la experiencia que dio lugar al libro, hablando con estudiantes de bachillerato en el IES Mariano José de Larra, en Madrid (a cuyo claustro agradecemos enormemente la hospitalidad y la oportunidad).
Fue agradable ver a un grupo de chicos tan interesados, que aguantaron dos horas con nosotros y eran capaces de expresarse de manera que ya querríamos ver con más frecuencia en las aulas universitarias. Pero al mismo tiempo nos produjo una cierta amargura comprobar su nivel de ansiedad por el futuro, tanto inmediato (¿podré estudiar en España, valdrá la pena?), como a medio plazo (¿encontraré un trabajo digno?). Esto no es anecdótico, el Economist se hacía eco hace una semana de que el país europeo que ha enviado más inmigrantes al Reino Unido en el último trienio fue España. Tampoco es único, la emigración española a Europa en los años 50 y 60 tuvo niveles más elevados. Y la angustia por el futuro cuando yo terminé el bachillerato no era menor. Un año antes habíamos tenido una intentona de golpe de Estado, la tasa de desempleo era casi tan alta como ahora y la tasa de empleo era bastante más baja
Novedades sobre Economía de Urgencia: libros para todos y una reseña – Nada es Gratis
Es probable que muchos de Vds. se estarán preguntado, ¿cómo puede haber gente apasionada por la Economía? ¿No se trata de una “ciencia menor y triste”, poco más que ideologías y dogmas disfrazados con un manto de aparatos matemáticos, estadísticos y pseudo-teóricos con muy poca relación con la realidad y cuyo principal mensaje es que “Nada es Gratis”?.
Trataré de convencerles de que, en realidad, no es, ni mucho menos, así. La ciencia económica ha progresado y está progresando mucho y muy deprisa. Es más útil que nunca, tanto para formar ciudadanos como para orientar las políticas económicas. No podría ser de otra manera porque, al fin y al cabo, de lo que se ocupa no es de otra cosa que de comprender el comportamiento humano, tanto el individual como el colectivo. Y en contra de lo que parece pensar mucha gente, lo hace, no al servicio de la propiedad privada ni al de los que querrían utilizar al Estado para imponer sus valores, sino al servicio del bien común. Su objetivo es lograr un mundo mejor, como muestra Jean Tirole (Premio de Ciencias Económicas del Banco de Suecia, en memoria a Alfred Nobel, 2014) en un libro (“La Economía del bien común”) que debería ser de lectura obligatoria (y no solo en las Facultades de Economía).
Tomás de Aquino también dijo: “La raíz de la libertad se encuentra en la razón. No hay libertad sino en la verdad.” También dijo:“Vivir es más perfecto que ser, y saber es más perfecto que vivir”. La investigación no es otra cosa que la aspiración de saber, de alcanzar “la verdad”; la ciencia solo es la creencia en la ignorancia de los expertos (esta ultima frase no es de Tomás de Aquino sino de Richard Feynman).
Jean Tirole (al que ya he presentado antes): “Mientras persista la falta de conocimiento económico entre la opinión pública, tomar buenas decisiones políticas requerirá mucho coraje político”
¿Qué significa hacer investigación en Economía? En este campo no hay verdades inmutables ni inmunes a la métrica que utilicemos para valorarlas. En palabras más pedantes, la Economía es una ciencia moral y contextual. Y, sin embargo, por ello es especialmente útil y atractiva. Puesto que abundan cuestiones perennes cuyas respuestas varían en el tiempo y en el espacio parece que los economistas siempre están en desacuerdo. En realidad, no es solo desacuerdo (que lo hay y mucho) sino también que en Economía un determinado fenómeno puede tener efectos muy distintos dependiendo del momento y del contexto en los que se produzca y que la identificación de dichos efectos nunca está libre de controversia. Esto impide que podamos reducir la investigación en Economía a la búsqueda de “leyes” o “relaciones causales” inmutables.
La inversión en criptomonedas o monedas digitales se ha popularizado en los últimos años. Sin embargo, su posesión no se ha extendido por igual en toda la sociedad. En la cultura de internet se ha bautizado incluso como criptobros al grupo de criptoinversores más ruidoso: una mezcla confusa de personajes masculinos, propagandistas, arrogantes
La conclusión del artículo es muy fácil de entender: el 46% de las transacciones en Bitcoin están asociadas a actividades ilegales como el tráfico de drogas. Pero, de la misma manera que Eldon Tyrell no le da datos sobre replicantes a Deckard, si no que le invita a hacerle el test a Rachael, no basta con el dato. Es importante compartir el camino de la investigación para poder ver la importancia del dato y asumir su solidez científica, y por tanto afrontar la obligación moral que implica. Por fortuna, es un camino atractivo, especialmente para aquellos que tenemos una debilidad por las historias de detectives.
¿Está bien invertir en Bitcoin? – Nada es Gratis
Un mercado clave para que las economías modernas funcionen adecuadamente es el mercado de inversión-ahorro. El tipo de interés -el precio de este mercado- tiene que asegurar que 1) el mismo se vacíe, es decir, que la cantidad de inversión y ahorro sean iguales y 2) y que este vaciado se realice al nivel “adecuado”. Esta aseveración olvida aspectos importantes que no tengo tiempo de discutir en detalle. Quizás el más importante es que en el mundo real, más que “inversión” y “ahorro” como categoría genérica, tenemos un rico conjunto de proyectos de inversión y de instrumentos financieros muy heterogéneos entre si. Sin embargo, en ausencia de arbitraje, generada con mercados financieros suficientemente líquidos, tal heterogeneidad es de menor importancia para lo que tengo que explicar aquí (técnicamente, solo necesito la existencia de un factor estocástico de descuento que me permita valorar cualquier activo).
Mis Aventuras con Bitcoin III: Una Evaluación – Nada es Gratis
Mis Aventuras con Bitcoin II: El Funcionamiento de Bitcoin – Nada es Gratis
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